miércoles, 18 de junio de 2025

LA CASA BAJA

Mi compadre Ángel Santos me había hablado largamente de este lugar. Desde entonces su visita era una prioridad para mí.

Por fin la semana pasada me acerqué hasta aquí para conocer en persona este enclave cargado de historia y leyenda, y para hacer algunas fotografías.

A pesar de que recientemente han sido cerradas sus entradas y es imposible acceder al interior, rodeé varias veces el recinto a fin de admirar la fábrica de sus muros.

Este convento dominico fue construido a principios del siglo XVI como residencia invernal de los monjes que habitaban el monasterio de la Peña de Francia, la llamada Casa Alta. De ahí su nombre, la Casa Baja era donde bajaban los religiosos para refugiarse de las nieves en la época fría.

Desde fuera se aprecia su magnífica traza de piedra, sobresaliendo una enorme iglesia neoclásica en la parte norte del recinto, en la que destaca un precioso cimborrio aún entero.
El claustro, el refectorio, las celdas y demás dependencias han sufrido el expolio de sus techumbres habiendo éstas desaparecido por completo.


Como en tantas otras ocasiones, la desamortización de Mendizábal dejó este edificio en manos privadas y comenzó su paulatino deterioro y expolio hasta llegar a la ruina que podemos ver hoy día.


Años después de los proyectos que situaban aquí un hotel de lujo, no parece que la restauración de este convento sea una realidad cercana.

 

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