Hubo
un tiempo en que era bastante corriente ver este tipo de molinos en
Portugal, en la actualidad muchos de ellos han desaparecido.
Estos
dos molinos están bastante cerca de una carretera comarcal en pleno
corazón del Algarve portugués. Sirvieron durante más de un siglo
para moler los cereales que se cosechaban en la comarca.

Ambos, al
igual que el resto de los molinos algarvíos, tienen características
similares: son edificios cilíndricos de paredes gruesas, con una
planta baja y una terraza sobre ella.
La
escalera que conduce hasta esta última está embutida en el muro, a
la manera de las antiguas torres de almenara.
Ahora,
después de varias décadas en completo abandono, estas edificaciones
empiezan a acusar el paso del tiempo y a deteriorarse a gran
velocidad. Si nadie lo remedia, pronto poca gente tendrá constancia
de cómo eran estas singulares construcciones.