
La semana pasada tuve la ocasión de recorrer parte de la costa gallega y visitar lo que queda de algunas de estas instalaciones militares.
Este es uno de los cuatro núcleos de armamento de medio y largo alcance que se artillaron para la protección de la base naval de Ferrol.
Cabo Prior contó con tres baterías, dos de costa y una antiaérea, todas ellas dotadas de cañones ingleses Vickers de gran calibre.
La artillería de Cabo Prior, la mayor de cuantas ha tenido el ejército español, fue desmontada en los años noventa del siglo pasado y vendida como chatarra.
Búnkeres, polvorines, túneles, casamatas, observatorios,... todo está hoy día en ruinas y en el más completo olvido.