Por su arquitectura, parece probable que fuera construido en los años próximos a la guerra civil.
Después de décadas de abandono, el tejado se ha derrumbado y en el suelo de la planta alta, de donde ha desaparecido todo rastro de habitaciones y dependencias, ha crecido sin control la maleza.
Sin embargo, en la planta baja pueden verse dos grandes cocinas, un salón, aseos y dependencias varias, algunas de ellas pintadas con vivos colores.
A pesar de todo, el edificio aún yergue en la campiña pacense el majestuoso porte que un día tuvo y deja entrever la vida ferroviaria que hubo en este lugar hasta no hace mucho.
Excelente reportaje, otro documento más que delata el incivismo de gran parte de la ciudadanía actual, así como la dejadez de las instituciones públicas cuyos intereses apuntan a otras actividades. Me resultan curiosas todas esa banderitas de España tiradas por el suelo, ¿formarían parte de alguna cornisa o similar? Un saludo cordial.
ResponderEliminarEn efecto, parece parte de una moldura o cornisa de la chimenea. El edificio tiene unas dimensiones considerables, se ve que pertenece a una época en que aún los trenes no habían perdido la importancia de que gozaron durante tantos años.
EliminarUn abrazo desde Huelva