Probablemente haya sido el chiringuito de playa más original de la costa onubense. Tal como puede verse en una de las fotografías, su nombre real nada tiene que ver con el que se le conoce por los playeros que han frecuentado este lugar.
Poco tiene que ver el bullicio de niños y mayores esperando cervezas y refrescos con el silencio que ha traído consigo el otoño, solo roto por el sonido de las olas y los chillidos de las gaviotas.
todavía aquí después de una hora y media sin ser servidos, cuando llegan las croquetas congeladad. un desastre total. cuidado con venir aquí que te engañan
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