La Quinta da Esperança era una de mis asignaturas pendientes, una de las visitas que más deseaba hacer en el vecino Algarve. Hace poco tuve la oportunidad de llegar hasta ella y conocerla.
Más conocida por Fonte da Pipa que por su verdadero nombre, fue edificada entre 1878 y 1897 para el político louletano Marçal de Azevedo Pacheco, el cual murió sin llegar a ver terminadas las obras.
El jefe de obras fue José Verdugo, el mismo que trabajó en el Mercado Municipal de Loulé, recién restaurado ahora. El decorador Pereira Cao, pintor y ceramista lisboeta, intervino también en los interiores del Palacio de Ajuda.
Tras pasar por diversas manos y por oscuros cambalaches bancarios, este lugar ha adquirido en el sur de Portugal cierta fama de lugar assombrado, es decir, sitio encantado.
Abandonado desde hace años y habitado en la actualidad solo por roedores, el deterioro del palacete se agiganta a medida que pasa el tiempo. Tanto el edificio como los jardines que lo rodean nos hablan de una época de ostentación y lujo que poco tiene que ver con la actual.
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