Este lugar está situado entre otros poblados mineros cercanos: San Platón, Concepción, las Casas del Dique y Soloviejo, de los que sólo Concepción continúa habitado.
Esperanza se construyó muy cerca de la mina y está formada por algo más de un centenar de viviendas, un poco diseminadas (como todos los poblados mineros de nuestra provincia) y dispuestas en forma de U en torno a una plaza central, donde aún se alzan los restos del edificio que sirvió de casino y economato.
Las viviendas más antiguas datan de los primeros años del siglo XX. Menos de tres décadas después se abandonaron las extracciones de pirita en este lugar, y Esperanza empezó a despoblarse, aunque de manera muy lenta, ya que algunas casas siguieron estando habitadas por trabajadores de las minas vecinas.
Actualmente las casas están en un estado lamentable, todas han perdido los tejados, las puertas y las ventanas, y han sido invadidas por la maleza hasta el punto de que es imposible entrar en la mayor parte de ellas.
Una provincia muy abundante en poblados mineros, la gran mayoría con el mismo final: abandono, olvido y soledad.
ResponderEliminarOs recompensó con creces la caminata para ver este lugar.
Viviendas sencillas y uniformes, como se ve en algunas fotografías están alineadas en hilera y parecen soldados en formación.
¡Cuantas historias podría contar alguna de las personas que vivió aquí.
La vegetación y los edificios tienen una cruenta lucha por ganar el espacio, tarde o temprano ganará la primera.
La Esperanza no hizo honor a su nombre de conseguir mantenerse con vida en la época actual, pero no quedaba otra opción.
Un abrazo Antonio.