A pesar de la fecha en forja que campea sobre la puerta, esta ermita ya estaba construida a finales de los años cuarenta.
Situada en El Culebrín, a media docena de kilómetros del pueblo, este pequeño santuario acogió durante medio siglo a los romeros y peregrinos que se acercaban hasta aquí durante las fiestas de San Isidro.