viernes, 20 de noviembre de 2015

CAMPING ROCÍO PLAYA

He aquí la crónica de una muerte anunciada; no en vano los campistas de sus últimos años de existencia dejaron en la red comentarios bastante significativos sobre su suciedad y sobre su dejadez, comentarios que aún pueden leerse en algunas de las páginas relacionadas con la hostelería onubense.







El camping Rocío Playa, probablemente uno de los de mayor renombre de nuestras costas, agonizó lentamente en los últimos años del decenio pasado. En 2010 cortaron el suministro de luz eléctrica y casi simultáneamente el del agua potable. Eso hizo que los campistas fueran abandonando poco a poco las instalaciones. 








Su enorme extensión sobre el Parque Dunar, más de 25 hectáreas, permitió la cabida de más de mil parcelas, de casi una docena de casas móviles e incluso de una treintena de bungalows de madera. Por ello no es de extrañar que en sus mejores tiempos este camping de segunda categoría llegara a contar con casi doscientos trabajadores, la mayoría de ellos de Matalascañas y otros pueblos vecinos.





La colosal cafetería, sobre la parte más alta del cordón dunar que se levanta en paralelo a la costa, tiene una vista magnífica sobre el océano; es, junto con el gran supermercado, el edificio más significativo de este lugar. 








El camping Rocío Playa quedó definitivamente abandonado en febrero de 2011, cerrando así una página importante del turismo de nuestra provincia que duró más de treinta años. 










jueves, 5 de noviembre de 2015

ESTACIÓN DE MANANTIALES

Situada a un kilómetro al sur del puente Manantiales, la estación del mismo nombre era la mitad del recorrido ferroviario entre Riotinto y Huelva.









Está formada por media docena de casas y por la propia estación, separadas entre sí por algo más de un centenar de metros. 




Delante de los edificios, aún puede verse la explanada de la playa de vías, que permitía en su momento que se cruzaran dos convoyes mineros, y lo que queda del cambio de vías.

Junto a las viviendas, también subsiste el horno para el pan, con el que contaron todas las estaciones de esta línea.


Paradójicamente, la que fue una de las mayores estaciones del recorrido (junto a El Manzano, Las Cañas, Gadea y Niebla) es ahora el lugar donde comienza lo que queda del tendido ferroviario; hacia el sur las vías han desaparecido merced a la incansable labor de los desaprensivos y a la complicidad cobarde de las instituciones.



Solo turba el silencio el canto de algún pájaro y el sonido del agua del río Tinto deslizándose entre las piedras. Sin duda, lo poco frecuentado de este lugar da al paraje un punto de singularidad y belleza.