Cuando hace un año y medio vinimos hasta aquí remando mi hermano Pedro y yo para visitar la estación de ferrocarril de Zufre, sumergida bajo las aguas del embalse desde que este se inaugurara y emergida en el verano de 2021, poco podíamos suponer que treinta metros más abajo de donde remábamos en ese momento dormía este enorme puente.
Sobre este viaducto discurría la antigua carretera que enlazaba Zufre con Santa Olalla del Cala, cruzándose en uno de sus extremos con la línea del ferrocarril minero de Cala.
Se trata de un puente colosal construido en mampostería, sobre cinco grandes arcos rebajados. La sequía ha hecho que casi medio siglo después las aguas de Rivera de Huelva vuelvan a pasar entre sus tajamares.
Como una burla del destino, la carretera y el puente, conservados casi como cuando se construyeron, vuelven a servir a los agricultores y ganaderos de la zona para acceder a sus fincas.
