sábado, 31 de octubre de 2015

POBLADO MINERO LA ESPERANZA

Conocía el emplazamiento de este lugar y tenía en cartera su visita pero, por unas causas o por otras, lo he ido aplazando durante bastante tiempo. Por fin la semana pasada mi amigo Ángel y yo nos decidimos a coger las cámaras de fotos y a pegarnos una pequeña caminata hasta llegar aquí.







Este lugar está situado entre otros poblados mineros cercanos: San Platón, Concepción, las Casas del Dique y Soloviejo, de los que sólo Concepción continúa habitado.






Esperanza se construyó muy cerca de la mina y está formada por algo más de un centenar de viviendas, un poco diseminadas (como todos los poblados mineros de nuestra provincia) y dispuestas en forma de U en torno a una plaza central, donde aún se alzan los restos del edificio que sirvió de casino y economato.









Las viviendas más antiguas datan de los primeros años del siglo XX. Menos de tres décadas después se abandonaron las extracciones de pirita en este lugar, y Esperanza empezó a despoblarse, aunque de manera muy lenta, ya que algunas casas siguieron estando habitadas por trabajadores de las minas vecinas.




Actualmente las casas están en un estado lamentable, todas han perdido los tejados, las puertas y las ventanas, y han sido invadidas por la maleza hasta el punto de que es imposible entrar en la mayor parte de ellas.


viernes, 30 de octubre de 2015

HUERTA DE LOS FRAILES

El pasado de este monasterio me recuerda a algunas películas de serie B que filmó Amando de Ossorio en la década de los setenta.







Fundado por monjes franciscanos durante el siglo XV, el monasterio de San José, también llamado Huerta de los Frailes, fue un lugar muy conocido en su tiempo. Las gentes de sus contornos oían misa en su iglesia y los niños acudían a la escuela que existió en sus inmediaciones.









Su truculenta historia comenzó en 1620, cuando aparecieron algunos monjes colgados de los ganchos de la carne, en la cocina de los sótanos del monasterio. 





Este crimen, nunca resuelto, los rumores de venganza del prior, los robos que, según las denuncias, perpetraban los frailes en los cortijos y haciendas cercanos, en épocas de hambruna, y las sucesivas compras y ventas del edificio por oscuras manos privadas no hicieron más que fomentar las habladurías y aumentar la leyenda, hasta llegar a 1957, fecha en que el lugar quedó definitivamente abandonado, y las imágenes y objetos de culto de valor fueron trasladados a la Parroquia de Santa María, en el vecino pueblo de Dos Hermanas.






Actualmente, más de medio siglo después, el edificio aún yergue sus sólidos muros y hasta su verdadero nombre parece haber caído en el olvido.
Las visitas de curiosos e investigadores de lo paranormal han propiciado que hoy día sea mucho más conocido como "monasterio del diablo" o "monasterio maldito".