Fue construido por el rey Manuel en 1510 para atravesar el río Guadiana y poder llegar con mayor facilidad a la ciudad de Olivenza, a fin de defenderla de los españoles.
Sus trescientos setenta metros se apoyaban en diecinueve arcos hasta que en 1709 el Marqués de Bay voló varios para cortar el paso entre Portugal y España, en plena guerra de sucesión española.
El diseño original tenía tres alturas con ventanas saeteras, puertas, rastrillos y un pasadizo que unía los dos extremos del puente bajo la plataforma de paso. En el centro existió el llamado Fortín de San Antonio, una torre de vigilancia, de la que aún quedan restos.
Este puente, llamado también de Olivenza, sigue siendo hoy día objeto de disputa entre los dos países.