lunes, 30 de enero de 2017

CEMENTERIO VIEJO DE TALAVÁN

 Tanto había leído sobre este antiguo cementerio y sus “ángeles malos”, que su visita se había convertido para mí en otra gran asignatura pendiente.




Llamada Ermita del Egido o también Ermita del Santo Cristo, esta construcción fue utilizada como cementerio del pueblo hasta hace poco menos de un siglo, momento en que cesaron los enterramientos y quedó sin uso y en el más completo abandono.



Entre las ruinas de sus antiguas dependencias, es fácil reconocer la capilla, con forma de hexágono irregular, y una sala aneja que debió de ser la sacristía.

La cúpula central está adornada por esgrafiados rojizos con motivos geométricos y vegetales, entre los que destacan los famosos ángeles de dientes afilados y tocados con singulares capirotes. 


 Una inscripción con un salmo del antiguo testamento muestra la que se supone que fue fecha de su construcción, el año 1628.



Excepto la bóveda del altar, las techumbres han desaparecido, quedando solo los arcos de medio punto que un día la sostuvieron y que dan idea de la cubierta a dos aguas que debió de cubrir el edificio.
El machón que corona el poco tejado que le queda es similar al que había sobre la antigua Ermita de la Virgen del Río, sumergida ahora bajo las aguas del río Tajo.
Incluido en la Lista Roja del Patrimonio, este edificio merece sin duda algo más que indiferencia por parte de las administraciones públicas, algo que no parece quitar el sueño a los que gozan del poder.

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