Inaugurado en 1952, fue durante la segunda mitad del pasado siglo uno de los grandes mercados de la ciudad.
En la actualidad podemos decir que casi ninguno de ellos ha corrido mejor suerte: el de Santa Fe está en condiciones muy parecidas a éste, el Mercado del Carmen fue derribado hace unos años y el de San Sebastián, único que queda en uso, está en condiciones bastante precarias.
La vegetación ha aprovechado el hecho de que sus puertas y ventanas hayan sido tapiadas, y se ha abierto paso por muchos lugares, convirtiendo el patio central, otrora lugar de venta y compra de productos, en un verdadero jardín salvaje.
Magnífico trabajo Antonio. Una verdadera pena. Otro edificio sentenciado mientras se gastan millones en otros "menesteres".
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