El gran latifundio donde se asienta fue parcelado y distribuido entre los colonos que estuvieran dispuestos a dedicar su vida al cultivo de la vid. Además de su viña, cada parcela contó con su propia vivienda de tres habitaciones, salón comedor, cocina y cobertizo.
El enorme edificio simétrico que se ve desde la carretera es la bodega cooperativa que aún a día de hoy alberga más de un centenar de conos de cemento.Pero además, este formidable complejo contó con lagar, escuela, economato e iglesia; todo construido de manera simétrica y en terrazas para aprovechar la orografía del terreno.
Las zarzas que invaden la bodega hacen imposible acceder al interior, pero es fácil imaginar la grandeza del proyecto con solo contemplar desde fuera las ruinas que quedan.
No conocía ese lugar, tiene esa marca de los antiguos que construían con el ánimo funcional y a la vez artístico.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Saludos.
José Antonio.
Así es, amigo José Antonio, un lugar poco conocido y que nos cae relativamente cerca. Toparse con la magnitud de esta fachada en medio de la nada fue una gran experiencia.
EliminarUn abrazo.
Recuerdo como mi padre me contaba que mi abuelo arreglaba y mantenía la maquinaria. Mi abuelo era un enamorado de este lugar
ResponderEliminarEs fácil enamorarse de esta magnífica construcción. Fue toda una sorpresa encontrarla cuando bajaba por la carretera hacia Sevilla. Precioso y desconocido lugar. Gracias por dejar tu comentario.
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