Inaugurada en 1935, cumplió su función de aduana durante setenta años.
Sus casi setecientos metros cuadrados incluyen un precioso patio porticado, invadido hoy por la maleza y los roedores.
Un reciente acuerdo entre su titular, el Ministerio del Interior, y la Autoridad Portuaria promete por fin la rehabilitación de este edificio, abandonado desde 2005.
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