Encontramos este sitio hace muchos años, cuando navegábamos por el estero Domingo Rubio.
Lo que desde la Punta del Sebo nos pareció una construcción semioculta por la maleza resultó ser en realidad un poblado conservero de mediados del siglo pasado.
A juzgar por las ruinas que quedan, debe de llevar abandonado una treintena de años y puede suponerse que en su día llegó a albergar a más de un centenar de personas, todas ellas dependientes de una conocida industria conservera.
Un sitio recomendable para todos aquellos que gustan de los viajes en el tiempo. He estado allí en un par de ocasiones y la verdad que la zona tiene un cierto interés, que sería mayor si no fuese por la acción de los desaprensivos. Lo que sugiero es llegar por el estero Domingo Rubio en embarcación, preferentemente en kayak, dada su vertatilidad. Se puede salir de la playa de la Punta del Sebo, ya que desde este punto, las ruinas distan escasos 400 ó 500 metros. Otro dato a tener en cuenta es la marea. Si está alta, mejor que mejor, ya que se evita el lodo.
ResponderEliminarLo dicho: un lugar recomendable.
Muy buenas tus recomendaciones para llegar hasta aquí, Pedro.
ResponderEliminarEsta fábrica de conservas fue construida por José Tejero y González Vizcaíno, político e industrial que tuvo una participación muy activa en la política y economía onubense durante la primera mitad del siglo XX. La fecha de construcción de la fábrica es 1910 y la mayoría de los trabajadores procedían de Palos de la Frontera.
ResponderEliminarSegún esa fecha, el poblado estuvo habitado durante medio siglo aproximadamente. Gracias por tu información. Saludos
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